Colegio de las Vizcaínas

Colegio de las Vizcaínas

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En esta ciudad encuentras rincones interesantes en cada paso que das. Si visitas el Centro Histórico y caminas por la calle de Mesones en dirección poniente, al pasar Aldaco descubrirás que cambia de nombre, se llama Vizcaínas. Justo en la esquina un edificio imponente con fachada del barroco resoluto (tezontle y cantera) ocupa toda una manzana: el Colegio Vizcaínas.

El Colegio de San Ignacio de Loyola Vizcaínas, mejor conocido como el Colegio Vizcaínas se encuentra en la calle Vizcaínas al norte, el Callejón de San Ignacio al poniente, Plaza Vizcaínas al sur y, Aldaco al oriente. Está cercano al Eje Central y las calles aledañas tienen los nombres de sus fundadores.

El Colegio fue fundado en el año de 1732 por Francisco de Echeveste, Manuel de Aldaco y Ambrosio de Meave. La construcción comenzó el 31 de julio de 1734, día de San Ignacio de Loyola y concluyó en 1752. Fue proyectado por el maestro constructor Pedro Bueno Basori y construido por el arquitecto José Miguel de Rivera Saravia. Su apertura fue el 9 de septiembre de 1767.

Se fundó con la vocación de colegio para mujeres, niñas y adultas desamparadas de bajos recursos económicos de origen vasco pero se ha adaptado a lo largo del tiempo. Albergó a personajes como doña Josefa Ortíz de Domínguez y Sara García, la “Abuelita del cine mexicano”. Es de resaltar que es la única institución laica que desde su fundación se ha mantenido siempre abierta, cumpliendo en 2017, 250 años de educación ininterrumpida.

Actualmente es un colegio mixto que gira en torno a cuatro programas: escuela, desde maternal hasta preparatoria; el Museo Vizcaínas; el Archivo Histórico Vizcaínas que ha sido reconocido por la UNESCO como Memoria del Mundo en tres categorías; y ProEmpleo Vizcaínas que impulsa emprendedores.

El edificio es por demás interesante por dentro y por fuera, una verdadera joya arquitectónica cuya fachada principal cuenta con ventanas rectangulares en el primer cuerpo y octagonales en la parte alta. Tiene tres accesos, los laterales son idénticos, en el número 21 de Vizcaínas se encuentra un escudo, San Ignacio de Loyola con dos Ángeles y la Virgen de Aránzazu: la puerta central se distingue por ser de barroco con pilastras que tienen motivos orgánicos y cada pilastra está coronada por pináculos. En la parte alta tiene tres nichos en el que se puede apreciar a San Ignacio de Loyola al centro y a su lado San Luis de Gonzaga y San Estanislao Kostka.

El Colegio Vizcaínas cuenta con nueve magníficos patios que tienen cualidades y funciones diferentes. El patio principal y su majestuosidad, considerado el más grande después de Palacio Nacional, cuenta con una fuente al centro que era alimentada desde Salto del Agua y está rodeado por arcos de medio punto. El patio “chocolatero”, el patio de los azulejos que tiene una fuente de talavera en color blanco y azul, al lado de un fresno enorme que baña de sombra los muros cercanos. El patio de los cedros, donde aún queda un ejemplar de esta especie, da la sensación de que no existen los autos pues no se escucha el ruido de Eje Central. En el patio de los arcos, se encuentran vestigios de los baños de esa época con detalles de talavera, que conectan con el patio principal.

El Museo Vizcaínas posee una impresionante colección de arte: pintura de caballete del siglo XVIII, con temas principalmente sacros, como ejemplo se pueden apreciar interpretaciones de la Virgen de Guadalupe. Resguardan también obras del Colegio de Niñas de la Caridad, que estuvo donde actualmente se encuentra el Club de Banqueros, llegaron al Colegio Vizcaínas con las Leyes de Reforma y ahí se quedó su obra; también se refugiaron del Recogimiento de San Miguel de Belén, tallas en madera, estofados, esculturas, arte textil y colección de objetos de física y de química del siglo XIX.

Como parte del Museo Vizcaínas hay una capilla (aunque el Colegio no es de carácter religioso) que está bajo la advocación de San Ignacio de Loyola, jesuita que nació en el país vasco, por lo que se decidió dejar ese nombre en su honor al considerarse un reformador de la educación varonil y se encuentra en el centro del altar mayor. Cuenta con retablos de estilo barroco en la parte frontal y lateral, que resulta un deleite para contemplar sus detalles, obra de José Joaquín de Sáyagos, de la segunda mitad del siglo XVIII.

La capilla conserva un órgano original y cumple con funciones de carácter académico, ya que se realizan congresos, presentaciones de libros, conciertos, conferencias etc. Actualmente se están realizando visitas guiadas por el museo, la capilla, el archivo y los patios, las citas son todos los miércoles a las 12:00 horas. O si prefieren desayunar en este imponente lugar y después disfrutar la visita guiada, pueden hacerlo con previa cita escribiendo a museo@vizcainas.mx o llamando al 5130 7123.