Sinapsis de una charla

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@betistofeles

De todos los comienzos de charla con alguien, la peor es la que incluye una misiva electrónica. Eso te lo puedo asegurar, y por lo mismo no creo encontrar mucho eco a esta carta-representación. Te explico el porqué: la gente poco habituada al intercambio epistolar, huye de aquellos que intentan revivir este (ahora ya) antiguo medio de comunicación, por considerarlos ridículos, anacrónicos y románticos. ¿Cumplirán acaso sin saberlo con las maldiciones que dejó Aleistey Crowley (1875-1947) para el lenguaje escrito, para los libros y su futuro, condenándolos a su desaparición?

       Al respecto, se rumora que este brujo satánico profirió maldiciones sobre toda forma escrita de transmisión del conocimiento, enojado e histérico debido a que uno de sus trabajos de embrujo no había dado resultado. También se cree que dicho sujeto logró encontrar la forma de sobrevivir a la muerte, aparte de que tuvo la capacidad de abandonar su cuerpo en cualquier momento. Por razones obvias, fundó una secta pertinente –Los principios de Thelema-, la cual debía estar a la espera de su reencarnación y renacimiento, acto este último cuyo objetivo no sería otro sino el de eliminar la escritura, dándole preeminencia a la memoria oral, la cual, a su vez, formaría parte de un código secreto y privilegiado propio de su organización, a manifestarse en oraciones y cantos oscuros y diabólicos. Por ende, la sabiduría de la memoria oral era en sí misma una fuente de poder y control, la que debía estar fuera del dominio de la humanidad en general. El pueblo llano tenía que dejar sus recuerdos en manos de otros, en manos de los escogidos, quienes se apoyarían en las máquinas para asegurar su dominio.

       La ventaja es que esta maldición, afán o deseo de Crowley no se ha cumplido, y esperemos que nunca lo haga. Sobre dicha base, paso al punto del libro del que me hablaste, ese que escribieron en el poblado de Chipilo, Puebla. Por coincidencia, ayer, durante la inauguración de la exposición, hablaba yo con Manuela sobre una nueva revelación de las letras mexicanas: Fernanda Melchor, veracruzana que nació en el año 1982. Comenté que me parecía raro que antes de ella, no hubiera aparecido nadie en México que escribiera respecto a nuestra destrucción moral, respecto al infierno cíclico en el que vivimos. ¡Y mira que lo hace por medio de esa reinvención lingüística que es el caló! Me gusta, y por eso hasta en Twitter la sigo.

       No obstante, considero que el argentino Oswaldo Laborghini (1940-1986) tiene una capacidad narrativa superior a la de Melchor, en cuanto al tema del horror social, la violencia y el caos. Drogadicto y gay, el sudamericano es un maldito poco conocido, el cual ha dejado una corriente literaria que apesta a maldad. Por ejemplo, el mundo que describe en Tadey’s (su novela cumbre), es sencillamente monstruoso.

       En suma, busqué a tu autor en Wikipedia. Me gusta eso de las coincidencias, ya que son ellas las que rigen nuestras vidas. Es el azar el que dirige al destino, pues todo suceso nos es aleatorio y, en cierto sentido, mágico y caótico. ¿Cómo llegamos a las personas? ¿Cómo aparecen en nuestra vida? Sin duda, semejante conocimiento es aún muy lejano.

       Sobre este creador y su texto, te hago la siguiente pregunta: ¿Por qué se considera que esta novela es una pequeña belleza oculta en la literatura nacional? ¿Acaso se debe al tema del amor homosexual y al enorme machismo agazapado en el que vivimos?

       Termino con otra cosa más: la exposición de la galería me pareció ajena, pero eso me ocurre con casi todo lo que veo referente al arte contemporáneo. No en vano, Manuela sugirió que me liberara de los estereotipos, en especial de los que se referían a la libertad en los montajes y a la exhibición de obras tan disímiles. Sin embargo, esa libertad a mí me extravía.

Rober Díaz, 2018.

2 comentarios

  1. Muy buena “sinapsis de una charla”. El texto fluye muy bien e incita la imaginación del lector, además de que permite experimentar varias emociones. ¡Espero una próxima sinapsis!
    Saludos

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