Conversación con Chakz Armada sobre su proceso creativo, sus personajes de referencias viariadísimas, su gusto por los jaiboles y el castacán en torta. Personaje “yucateco achilangado” como él se define, decidió cambiar la estable vida peninsular por el estrés de la ciudad de México, para compartirnos su mundo de juguetes en diversas manifestaciones. El propósito de Chakz: lograr una sonrisa de aquellos que adquirieren cualquiera de sus objetos.
—¿Dónde y por qué surge Chakz Armada, es acaso un pelotón de juguetes gigantes?
Surge en el terruño yucateco, después de haber pasado por la experiencia de un estudio de diseño en compañía de un amigo. Al disolverse el trabajo en conjunto, me decido a recorrer un camino propio, generando diversos productos firmados con el mote de Chakz, el cual me ha acompañado desde hace varios años. La parte de Armada la agregué al imaginar una legión de personajes, a los cuales mi único trabajo no fue otorgarles vida, ya que considero que éstos existen previamente, sino elaborar una configuración que permita que sean apreciados en tres dimensiones. Sería increíble que fueran gigantes, si así lo requirieran estos seres en un futuro próximo.
—¿Cuáles son los referentes y el proceso creativo para dar vida a tus personajes?
Comics e historietas que leía más morro, como Karma Trón, Batman, Savage Dragon, El Bulbo, entre otros recientes que no se inclinan tanto al género “superheroico”. Muchos referentes de la cultura pop, lucha libre mexicana, wrestling americano, fashionistas, novelas de poetas malditos con yonkis de carretera, artistas metidos en esta onda “low-brow art”, entusiastas del juguete, así como otros creadores de Art Toys y paper toys.
Para construir algún personaje se hace un boceto, algunos rayones de cómo serían los volúmenes, y de allá hacer maquetas en hojas recicladas con “pegostes” de cinta adhesiva, hasta encontrar (o no) el poliedro requerido. De allá digitalizar, imprimir, armar nuevamente una prueba más, hacer correcciones, imprimir nuevamente, armar (otra vez) y ya para entonces, es muy probable que ya esté lista la pieza. Es tardado este proceso, especialmente si se decide elaborar volúmenes inusuales.
—¿Chakz Armada, son los nuevos juguetes del siglo XXI que todo el mundo debe tener?
¡Paper toys que puedan plegarse! Mi pronóstico es que aparecerán piezas cada vez más elaboradas y en más ambientes. No involucran mucho gasto, se pueden elaborar con distintos materiales e interviene para articular habilidades psicomotrices. Además, cualquiera puede ser artista de paper toys. ¡Que se difunda más esta actividad!
—Hiciste una serie de juguetes acrílicos, ¿qué fue de esa serie, en qué evolucionó?
Me sumé al proyecto para producir la Serie 2 de los Zagales Art Toys, sólo que pues al parecer mi interés era más que el de los involucrados. De cualquier manera, el tiempo que se le estaba brindando a esa iniciativa me hizo descuidar los demás proyectos, así que opté por retirarme en buenos términos. Pues allá sigue la Serie 2 que sí se hizo con la participación de fondeadores. Me parece que se exhiben algunos con Pepe Zagal.
—¿Qué proyectos estás desarrollando?
Un libro de paper toys de autoría personal, que espero poder tenerlo antes de acabar el 2017, si el monstruo del espaguetti lo permite. También a la espera de hacer una serie de talleres basados en relatos regionales en comisarías del municipio de Mérida, en Yucatán, dirigido a niños de allá. Este último a raíz de la convocatoria de Fondos Municipales 2017 de Mérida. ¡Ah! y también preparar nuevas prendas para esta temporada, así que hay chamba pa’ rato.
—¿Cuál es la relación entre Chakz Armada, el diseño y el cine?
Paper toys y playeritas de personajes icónicos extraídos de películas de culto. Ya hay algunos, pero me latería hacer más.
—¿Qué es Nopalkraft, una mezcolanza de arte mexicano y del mundo?
Una propuesta que involucra intervenciones artísticas experimentales de artistas que son cercanos o que me parecen interesantes en su discurso, sin tanta pose. El plan es gestionar la impartición de talleres y charlas difundendo de esta manera la importancia de la actividad artística en ambientes variopintos, como pueden ser museos, galerías, recintos educativos o incluso en las calles.
—Lo que está sucediendo en el centro histórico, ¿lo consideras arte urbano o maquillaje, y qué propicia toda esta ola de pintas en las calles?
Hay arte urbano y hay mucha mierda (literal). Me parece que existe una complacencia extrema hacia los considerados artistas urbanos, y que sus prácticas adolecen de una crítica no hacia la ejecución, sino hacia el discurso que generan las intervenciones. No sólo eso, se organizan encuentros de arte urbano en pleno Centro Histórico de la Ciudad de México y, al término de éstos, las calles quedan pintadas por “tags” que equivalen a meadas de perro o a estos “statements” de decir “estuvo aquí fulano”, sin ningún otro sentido. Es absurdo pensar que al invitar a los grafiteros, que de por sí son rebeldes, se respeten los espacios asignados para las pintas. Obviamente que si juntas a varios de estos personajes, terminarán saliendo en excursión para pintar fuera de los encuentros. La gráfica que pintan también me hace pensar en un imaginario muy corto… no le veo el sentido de pintar venados, elefantes o tiburones en las calles de la ciudad de México, como si fueran imágenes representativas de la región. Me gustaría abundar más en el tema, en una futura participación.
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