Si no es PULPA… no es mi culpa

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De esas coincidencias gratas que se dan, estaba colocando máscaras en las fachadas de algunos edificios para el proyecto “Personajes del Barrio”, cuando alguien salió al balcón y dijo: “puedes colocar una acá”. Se refería al barandal de su balcón. Subí y al entrar me recibió un sarape colorido y un anaquel enorme del lado izquierdo que llamó mi atención. Lleno de empaques que parecían películas u objetos coleccionables, tal vez un culto a algo (más tarde me enteré que son más de 250 diseños diferentes de “pulpabox” que se distribuyen en diferentes lugares de la ciudad, y efectivamente, ya son coleccionables y de culto). En el fondo a la derecha una fotografía o ilustración en negro con un detalle en rojo, un “diablócula”, se veía elegante e impresionante. Sólo aprecié durante segundos, me dirigí al balcón y coloqué una máscara, luego nos presentamos y me dijo: “soy fotógrafo y diseñador”. Conversamos poco, seguí colocando las máscaras en los edificios. “Pulpaman” se asomó por la ventana.

Todo comenzó por un cortometraje. Quería ser cineasta y llegó al Centro para montar un bar llamado “Bar Clandestino” que funcionaba tal cual, para generar recursos y filmar un cortometraje llamado “La muerte de Narciso”. El proyecto del bar duró un año, luego le aburrió por ser demasiado fácil, hizo un ahorro pero no fue suficiente para el cortometraje. De ahí surgió Pulpa, un estudio de diseño. Pulpa comenzó con un proyecto de libretas de diseño, ahora son objetos coleccionables y la marca ya es de culto. Desde el principio se propuso hacer lo que quería hacer y hacerlo bien. El estudio es pionero en llevar la bandera del consumo de diseño nacional.

Un día, el camino de Adrián Aguirre A.K.A. “Pulpaman” se atravesó con el de Alfonso Morales, director del Centro de la Imagen, iban a ver La fórmula secreta, de Rubén Gámez, llegaron corriendo a la última función y no alcanzaron, se pusieron a platicar y de ahí surgieron colaboraciones con Luna Córnea. Fue el salto que necesitaba para hacer todo lo que le gusta, que va desde fotografía, gráfica personal, ilustración, collages, etc. “Por accidente me volví fotógrafo, la vida te lleva a conocer a la gente correcta en el momento correcto, las coincidencias son prodigiosas”, comentó. Ha expuesto de manera individual en varias ciudades del país, en algunas galerías internacionales, bienales y ha ganado varios premios. El estudio ha tenido muchos retos, muchos clientes, muchos altos y bajos pero la constante es aprender de todo ello. En Pulpa siempre se decidió trabajar temas que le importan, hacer homenajes a otros creadores, cineastas, etc. Es toda una investigación visual, incluso una biblioteca, una de ellas con 68 imágenes de carteles de cine de lucha libre mexicana, por lo tanto, se vuelve un catálogo iconográfico ordenado, son tantos modelos que hace 20 y jamás los vuelve a repetir.

Pulpa se ha diversificado, ahora se ha enfocado más al diseño: carteles, tarjetas, mobiliario, diseño de imagen, diseño textil y a realizar fotografía de modelos, urbanas, etc. Lo que está realizando actualmente y le apasiona enormemente es el light painting, técnica poco desarrollada en el país y el mundo, son pocos los que trabajan con esta técnica, el proyecto light stencil lo trabaja en colaboración con varios amigos que suben y bajan del estudio.

Los productos de Pulpa se pueden encontrar en: MUAC UNAM, Tiendas Educal, Cafebrerías el Péndulo, Museo del Diseño (MUMEDI), Museo Tamayo, Lavamp Store, en el showroom de su estudio y solicitarlo por kichink y redes sociales:  f/pulpadiseño    t@preocupie   http://pulpaman.blogspot.mx/